Page 138 - LAS REDES SOCIALES Y SU IMPACTO DEMOCRACIA
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136 Iván Fernando Rodrigo-Mendizábal

varias direcciones de su arquitectura, dependiendo de cómo esté es-
tructurada o enredada la cuenta de un hablante digital.

   Gabriel Tarde ha estudiado la noción de público que es más próxi-
mo a lo que acontece en el contexto actual. Él manifiesta que no hay
un público sino varios dentro de una sociedad. Pero si cabe definirlo,
dice que es “una comunidad puramente espiritual, como una disemi-
nación de individuos, físicamente separados y cuya cohesión es por
completo mental” (2011, p. 200). Como tal, no es estable, tampoco
permanente, sino que más bien emerge de acuerdo a lo que llama
“una sensación de actualidad” (2011, p. 202). Aunque la política es
siempre un campo que suscita atención, aunque se quiera ignorarlo,
debido a la cantidad de acontecimientos que se dan en su entorno,
siempre requiere de la existencia de públicos que manifiestan ideas
ya sea para apoyar a ciertos actores, ya sea para criticarlos, ya sea
para burlarse de ellos e incluso confrontarlos de manera radical, al
punto que los políticos o personajes públicos terminen bloqueando
a sus opositores por la radicalidad de los contenidos comunicativos.

   En la sociedad todos somos parte de diversos públicos, unos en
apariencia no políticos y otros bordeando aquellos.

   Pero hay que decir que ya toda esfera pública esta es desde ya
política, no tanto porque en ella la ciudadanía haga lo mismo que
un administrador público, sino porque “espiritualmente” siente que
podría, en un momento, intervenir desde el dominio de lo político, si
se le entiende a este como “la dimensión del antagonismo [… ] cons-
titutiva de las sociedades humanas, [diferente a] ‘la política’ como el
conjunto de prácticas e instituciones con las cuales se crea un deter-
minado orden, organizando la coexistencia humana en el contexto
de la conflictividad derivada de lo político” (Mouffe, 2011, p. 16).

   ¿No es acaso cierto que los públicos, mediante sus actores-red-
individuales-privados, en un momento dado, incendian alguna red
social, sobre todo Twitter, lugar aún privilegiado para el ejercicio de
la opinión pública 2.0 por los políticos y cierta ciudadanía, cuando
el presidente de un país emite nuevas declaraciones en el orden eco-
nómico, o da resoluciones como decretos presidenciales para aplacar
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