Page 168 - LAS REDES SOCIALES Y SU IMPACTO DEMOCRACIA

166 Pablo Rodríguez Canfranc

masculina. Por otro lado, los mensajes apelan a las emociones del
lector y no suelen partir de datos contrastados.

Lucina Di Meco y Kristina Wilfore, autoras de un informe sobre
desinformación de género para Brookings Instititute, consideran que
este tipo de agresiones van más allá de atentar contra los derechos y
la dignidad de las mujeres, y postulan que se convierten en un pro-
blema de seguridad nacional para los Estados Unidos, que debe ser
abordado por el Gobierno (Di Meco y Wilfore, 2021).

La desinformación sexista es una amenaza para los derechos y
libertades de toda la sociedad, no solo de las mujeres, como reconoce
el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas (United
Nations, 2018):

The corrosion of women’s human rights is a litmus test for the human rights
standards of the whole of society.

Uno de los temas más controvertidos es el papel y la responsabi-
lidad de los medios sociales en estas campañas, dado que se convier-
ten en los canales a través de los que se viraliza la desinformación
misógina. A pesar de que las plataformas como Facebook o Twitter
tienen una normativa clara con el fin de vetar los discursos de odio,
la desinformación de género tiene unos rasgos específicos que ha-
cen que con frecuencia resulte muy difícil de detectar por las herra-
mientas automáticas. Gran parte de estas fake news y memes llevan
un contenido “socialmente codificado”, es decir, que requiere de un
conocimiento más profundo del contexto y de la coyuntura de la
que parte para poder identificar la intención maliciosa que subyace
en ellas. De esta forma, al no saltar las alarmas automatizadas, es la
propia mujer víctima del ataque la obligada a denunciar y reportar
el abuso cometido contra su integridad, así como de bloquear y de-
mandar a los responsables, sufriendo por todo este proceso un coste
psicológico y personal muy elevado (Jankowicz et al., 2021).

La desinformación misógina es un grave problema para la salud
democrática de las sociedades y un atentado contra los derechos hu-
manos. El acabar con esta lacra va mucho más allá de la identifica-